Época:
Inicio: Año 117
Fin: Año 138

Antecedente:
El gobierno de Adriano



Comentario

Bajo Adriano se amplia la presencia de caballeros en los cuadros de mayor responsabilidad de la administración central. Por una parte, las grandes oficinas de Roma al servicio del emperador y del consejo privado se amplían: la ab epistulis se subdivide en ab epistulis latinis y ab epistulis graecis como reconocimiento de las dos áreas lingüísticas del imperio; de la a studiis surge otra nueva, a memoria, responsable del control de los archivos.
La jerarquización de las procuratelas tiene desde ahora un reflejo en la diversa asignación regular de sueldos anuales de quienes las desempeñan: los procuratores ducenarii percibían 200.000 sestercios, los centenarii recibían 100.000 y 60.000 los sexagenarii. Al frente de cada oficina encargada del cobro de un impuesto indirecto, vectigal, (por transmisión de herencias, por aduanas, por manumisión de esclavos...) había un procurator. Los procuratores provinciae, siempre de rango ecuestre y ducenarios, eran los máximos responsables del Fisco en cada provincia. Cada una de las provincias imperiales contaba con una caja central situada en la capital provincial y con cajas separadas dependientes de la misma para el cobro de cada impuesto indirecto. Por debajo de cada procurator de rango ecuestre había libertos y esclavos, también jerarquizados, que cumplían funciones de escribientes, contables, tenedores de libros, etc. Las provincias senatoriales pierden cada día más competencias en favor del Fisco; así, el cobro de los impuestos indirectos se encarga a los procuratores fiscales. Ya el tesoro central de las provincias senatoriales, el aerarium Saturni, venía estando sometido a la tutela del Fisco imperial por varios procedimientos. Adriano nombraba directamente a los responsables del mismo, praefecti aerarii.

Para agilizar los procesos judiciales y también con fines administrativos, Adriano dividió Italia en distritos, al frente de cada uno de los cuales nombró a un senador. Si ello liberaba a la ciudad de Roma de la pesada carga de ver concentrados en la misma todos los procesos judiciales importantes, la medida podía tener también la lectura que hicieron algunos senadores de que ello conducía a una provincialización de Italia.